Se cumple un nuevo año del secuestro de Florencia Pennacci, y otra vez la fe-cha encuentra más dudas que justicia; más impunidad que respuestas.

Se sabe que el 16 de marzo de 2005 Florencia salió de su casa y no se la volvió a ver. Desde entonces, una serie de indicios confirman que fue secuestrada por redes de trata. Los más evidentes: dos mu-eres, víctimas recuperadas de trata, aseguran haberla visto en un local; y
en 2010, cruzando información periodística, se supo que al menos uno de los policías que intervino en la causa de Florencia está involucrado en redes de trata de Buenos Aires y ha sido separado de su cargo por tal causa.
Sólo con estos dos datos el fiscal Marcelo Retes (quien tiene la causa) podría investigar la línea de trata. Sin embargo, Retes decidió desestimarlos y nunca buscó a Florencia. "Esta decisión es otro indicio de la mafia que está detrás de la desaparición de Florencia y vivimos ante el riesgo de que de un momento a otro resuelva cerrar la causa en la que nunca trabajó", señalaron familiares.
Agregando que "estamos hablando de voluntades pero también de decisiones políticas. De una justicia argentina de la cual este funcionario es cómplice, una justicia que puede garantizar estos niveles de impuni-ad sin rendir cuentas a nadie ni dar explicaciones sobre su accionar. Estamos hablando de poderes de un Estado que ignora a una familia y a una sociedad que hace nueve años está reclamando respeto".